Resulta difícil hablar de don Rodolfo en tiempo pasado, porque su vida siempre fue un presente ejemplar para su esposa, hijos, nietos, compañeros de trabajo y en especial para sus fieles que extrañaran sus prédicas y sus dotes de buen pastor.
Don Rodolfo siempre fue ejemplo de lucha y perseverancia diaria y su trabajo continuo no parecía resultarle una cadena porque, para decirlo en pocas palabras, él creía en lo que hacía y, por lo tanto, era libre mientras lo hacía.
Lo sorprendente de él es que a los 70 años de vida llegó a coronarse como campeón mundial de atletismo master tal como lo certifica la South American Masters Athletics Championships. Su intensidad en el trabajo y en la vida, no resultaba opresiva ni para él ni para quienes estaban a su alrededor.
Su trajinar sin lugar a dudas era un canto a la vida pues la vivía con honda convicción personificado en su amabilidad y la educación para con el prójimo, haciendo invariablemente que quien estaba hablando con él, aún en las discrepancias más completas, se sintiese respetado.
Es una pena que don Rodolfo haya partido pero estoy seguro que las semillas que él sembró, han quedado acá para germinar y dar frutos que, como lo hubiera dicho San Pablo, hablarán de quien las sembró.
Hasta pronto Rodolfo Pariasca Pariasca. En Agencia Perú nos quedamos con tu hijo Fredy y familiares trabajando en el sueño compartido de un Perú más justo y menos desigual con el reto que nos dejan los proyectos que con tanta energía y tesón emprendiste, además con el recuerdo cercano e inspirador de tu siempre caballerosa humanidad. Descansa en paz Rodolfo. (Periodista Jorge Castañeda /Director AP.NET)
No hay comentarios:
Publicar un comentario